jueves, 1 de enero de 2015

Requiem por Oscar Morriña (o la odisea de nuestro eterno retorno)

Oscar Morriña, al centro con camisa azul, junto a Manuel López Oliva y Lázara Menéndez. Foto: Rafael de la Osa. (Fuente: Cubarte).

Lo supe a principios de esta semana a través del curador independiente Elvis Fuentes. Me refiero a la muerte de Oscar Morriña Rodríguez, uno de los primeros profesores que nos recibía al entrar en la carrera de historia del arte en la facultad de Artes y Letras, en la Universidad de La Habana para iniciarnos con su entrega en el apasionante mundo de la apreciación del arte y sus formas. 

Hoy, en este primer día del año, el pintor Tomás Sánchez me volvió a recordar el suceso cuando compartía una nota sobre el hecho a través de facebook. Como la memoria opera de forma asociativa, no he podido impedirme pensar en Morriña tras los bochornosos sucesos relacionados con la artista de la performance Tania Bruguera y el mundillo oficial del arte cubano por estos días.

Conocí a Oscar Morriña en 1989, a mi llegada a Artes y Letras, facultad a la que estuve vinculada por muy corto tiempo. Morriña —como le llamábamos todos  fue un profesor y ser humano increible. 

Hace unos días le comentaba a Elvis que Morriña fue el único profesor que sacó la cara por nosotros en Artes y Letras, en el lejano 1989, cuando a falta de un periódico estudiantil en la facultad un grupo de alumnos de primer año hicimos unos murales para expresarnos libremente y compartir información. Igualmente, fue el único profesor de aquel claustro que hizo por que yo no abandonara la carrera debido a las acusaciones de disidencia que pesaron sobre nosotros en aquel entonces. 

Era otro momento neurálgico: acababa de caer el socialismo en la Europa del Este y todos nuestros profesores tenían miedo. Se preguntaban cómo era posible que un grupo de estudiantes que acababa de ingresar a Artes y Letras se atribuyese el derecho de crear su propio medio de comunicación. 

(Como suele suceder en las sociedades paternalistas y totalitarias, buscaban conexiones inexistentes. Intentaban dilucidar cuál era la mano oscura que nos movía. Salvando las distancias, son las mismas acusaciones que están intentando usar hoy en contra de la artista Tania Bruguera y su intención de llevar a cabo otra edición de su performance El susurro de Tatlin #6, esta vez a micrófono abierto en la Plaza de la Revolución.)


La artista Tania Bruguera en La Habana, tras ser liberada después de dos detenciones consecutivas en menos de 24 horas. Foto: Enrique de la Osa/Reuters.

Por aquel entonces, desconcertados ante la osadía nuestra de erigir unos murales sin pedirle permiso a nadie,  se desató una cacería de brujas en nuestra facultad. Nuestros propios compañeros de grupo se demarcaban de nuestras acciones acusándonos como si fuésemos apestados. 

A diferencia de mis colegas 'muralistas', yo tenía apenas 18 años y nada que perder. Poco después abandonaría mis estudios arrastrando el sabor de aquella experiencia kafkiana. De aquellos meses recuerdo, entre otras cosas, la insistencia de Morriña en hablar conmigo con la intención de que no abandonara. O, después de haberse enterado de mi carta de renuncia, quería intentar echar las cosas para atrás. 

Pero ya el mal estaba hecho: yo me negaba a seguir estudiando en una institución que me exigía enmascarar mi pensamiento, mi forma de ser y de actuar para obtener un título universitario. Esta siempre me ha parecido la mayor forma de adulterio, en todo caso, la que presupone mayor violencia, porque es la que se ejerce conscientemente contra uno mismo.

Meses más tarde el profe Morriña me hacía llegar por mediación de uno de mis antiguos colegas una postal de felicitación por el fin de año. En la misma me decía que aún lamentaba mi decisión. Un gesto humano que me conmovió profundamente. Un detalle que como evidencian estas líneas, no he olvidado jamás

Hoy, empezando el 2015, tras la ola represiva que desatara el anunciado performance El susurro de Tatlin #6 de Tania Bruguera a través de la convocatoria lanzada en su plataforma virtual  #YoTambienExijo, asistimos  una vez más a otro capítulo bochornoso del arte cubano. Uno que deja un triste saldo de detenciones arbitrarias, encarcelamientos y anunciadas acciones penales, tanto para la propia artista como para otros activistas que intentaban asistir al evento. 

Mensaje de la plataforma #YoTambienExijo, donde la artista Tania Bruguera convocó a los cubanos a la Plaza de la Revolución el pasado 30 de diciembre, para expresarse en una performance ante un micrófono abierto durante un minuto.

Otra muestra que reafirma que en Cuba —a pesar de lo anunciado por los presidentes Barack Obama y Raúl Castro el pasado 17 de diciembre de 2014 sobre la normalización de relaciones diplomáticas entre los dos países— nada ha cambiado. Se sigue penalizando la discrepancia, se sigue condenando y coartando duramente la libertad de expresión y asociación. 

Incluso, se recrudece la represión contra aquellos artistas que intentan operar de forma independiente fuera del estrecho marco impuesto por las instituciones culturales. Y poco importa la talla del artista: ya puede tratarse de Pedro Pablo Oliva, la Bruguera o el grafitero El Sexto. Todos son considerados disidentes por igual si se atreven a desafiar públicamente con su arte un poder tan asfixiante como obsoleto.

Recientemente hice acopio de paciencia y leí las miserables declaraciones del presidente del Consejo de las Artes Plásticas (CNAP), Rubén del Valle y las del director de la Bienal de La Habana, Jorge Fernández. En ellas ambos funcionarios verdaderos policías de la culturajustifican la censura y detención de Tania Bruguera, a la que acusan no solo de querer alterar el orden público al comportarse como una mercenaria, sino —según se lee entre líneasde haber perdido la noción de lo que "es arte". 

Curiosa afirmación la de estos funcionarios sobre Tania Bruguera, una de las artistas y 'ARTivistas' a quien Marina Abramovic —esa institución de la performance en el mundo del arte internacional— considera una de las creadoras de mayor relevancia en esta manifestación en el panorama del arte actual.

Por eso hoy, en este primer día del año, en contraposición a tanto absurdo, he vuelto a pensar con infinito cariño en Oscar Morriña. Esta vez lo hago no solo recordando lo que nos transmitió con sus clases, sino  admirando sobre todas las cosas su sentido de la ética, su decencia y respeto a la dignidad humana. Celebro la vida de un ser raro que supo mantener su integridad en semejante entorno. 

Hoy más que nunca agradezco la dedicación de ese profesor cuyo amor al arte le permitía aceptarnos a todos por igual, más allá de nuestras tendencias y credos. Un intelectual lúcido que nos enseñó que 'todo arte es ideología y responde a los intereses de la clase de la que surge y, en consecuencia, debe contribuir a la apología de esa clase influyendo en la formación del hombre'. 

Partiendo de esos postulados, pienso que el Arte útil y el Arte de Conducta de Tania Bruguera están en total sintonía con el momento histórico actual y lo que exige para los cubanos: "No seamos ni esclavos, ni consumidores. Seamos ciudadanos"

Aquí vamos, Morriña, bregando en el eterno retorno.

sábado, 27 de diciembre de 2014

Blue is the warmest color


 Poster de la película presentada en Francia. Fuente: Google images.

Anoche, finalmente, vi Blue is the warmest color (La vie d'Adèle) (Azul es el color más cálido (La vida de Adela)), del tunisiano Abdellatif Kechiche, película que merecidamente arrasó el pasado año en Cannes y otros festivales internacionales. 

El filme, inspirado en el manga homónimo de Julie Maroh, es la mejor película que he visto en mucho tiempo. Diría incluso que es la historia de amor más conmovedora y visceral que hayan reflejado la literatura y el cine en lo que corre de siglo. Controversial y contestataria a múltiples niveles. Y aclaro, no solo porque se trate de una historia de amor entre dos mujeres.

Portada y contraportada de la novela gráfica (Manga) Blue is the warmest color, de Julie Maroh, que inspiró el filme homónimo. Fuente: Google images.

A pesar de la sexualidad explícita y su inusual extensión, "Azul..." es una obra de arte inteligente y rara en el medio para los tiempos que corren. Su belleza y universalidad están latentes a lo largo del filme en todos los temas que aborda: el descubrimiento del amor y el placer, las rupturas y los derrumbes emocionales; la búsqueda de la felicidad, la reafirmación identitaria, la familia, la educación, las clases sociales, la lucha por las reivindicaciones sociales, entre otros. 

Recomiendo este "Azul..." no solo como experiencia estética, sino también humana. Cabría añadir también a manera de educación. Sobre todo para aquellas personas que aun tienen conflicto entendiendo y aceptando lo relacionado con la comunidad LGBT. 

Las actuaciones de Léa Seydoux y Adèle Exarchopoulos —ésta última, verdadera revelación como actriz debutante— son tan vívidas que las tres horas pasan volando y nos transportan, inevitablemente por asociación, a nuestras propias experiencias de vida, sin importar nuestra afiliación sexual. 

Este año que termina, como ha ocurrido de forma recurrente desde que paré mi PhD, he tenido el inmenso placer de leer por verdadero amor a la literatura. Eso incluye el descubrimiento de autores y nuevos temas, algo realmente indescriptible para el espíritu. Ejercicio que me devuelve una y otra vez la fe en el talento y la creatividad. 

Debo reconocer que entre L'élégance du hérisson (La elegancia del erizo), de Muriel Barbery,  y esta peli me han reafirmado que Francia y sus creadores siempre conservarán un lugar especial en el Parnaso. 

Para los que no tengan Netflix, la peli está disponible en HD (gratis) en YouTube, con subtítulos en inglés y español. Aquí les dejo el trailer. Espero la disfruten tanto como yo.


lunes, 22 de septiembre de 2014

"El Tavo", ese doble agente


Snapshot de uno de los cuadros del primer capítulo de La Cocina de Pujol en YouTube.

Hace un par de años le concedí una entrevista a Michel Suárez para Radio Martí sobre la blogófera cubana. En la misma, al final, mencionaba los blogs de cocina de la diáspora como una herramienta muy eficaz para la recuperación de nuestro patrimonio cultural.

Creo que el blog La Cocina de Vero, con su slogan-guiño cómplice "al minuto y con comida"  —referencia al tristemente célebre programa de Nitza Villapol "Cocina al minuto"— es un proyecto que da pruebas fehaciente de esos esfuerzos. Ese fue el blog que cité en aquella ocasión. Uno serio que, gracias al trabajo de su autora, ha alcanzado buena difusión y reconocimiento.

Sin embargo, hoy siento un placer redoblado al comprobar que las hipótesis que lanzamos los investigadores a veces se ven superadas con creces de forma inesperada en la realidad. A través del blog El fogonero me llega la noticia de otro interesante proyecto. Se trata de una nueva aventura del popular actor cubano Albertico Pujol en la que utiliza la plataforma You Tube como soporte de su canal personal La Cocina de Pujol.

Desde su patria adoptiva, Colombia, Pujol se nos presenta esta vez con un enfoque más atractivo y en consonancia con los tiempos que corren. Ya no es el agente de la Seguridad del Estado "Tavo", sino uno que de forma independiente y alternativa se suma al proceso de la recuperación patrimonial de la diáspora a través de los blogs.

En estas entradas semanales que propone en su Vlog, Albertico Pujol es un chef amateur empeñado en recuperar nuestro patrimonio culinario con un toque chic y renovador. Como Verónica Cervera (La Cocina de Vero), Albertico es "él mismo", esta vez en su faceta de cocinero gourmet  —uno de sus hobbies predilectos—.

 Presentación en copas de Martini de la 'Banana suprême', primera rceta que nos presenta Albertico Pujol en su nuevo Vlog.

Aquí les enlazo su primer video. En apenas dos días lleva 1 929 reproducciones. Estas experiencias de rating ya las he observado antes en sitios como Cuballama. Una muestra de lo que realmente mueve y desata el interés de los cubanos.

Sin duda, la suya es una visión renovadora de nuestra gastronomía, con mejor imagen y sello potencial para el marketing. La primera receta que nos regala Albertico, Banana suprême, es una buena promesa de lo que vendrá.


martes, 22 de julio de 2014

Recodatorio: Payá y Cepero in Memoriam


A propósito del segundo aniversario del deceso de Oswaldo Payá y Harold Cepero, el Washington Post publicó ayer un editorial recordando los oscuros hechos donde perdieran la vida estos dos miembros del Movimiento Cristiano Liberación (MCL). Hechos que aún permanecen a la espera de una investigación transparente y adecuada.

Como indica el cartel que ilustra este post, hoy se celebrará una misa de acción de gracias en la Ermita de la Caridad a las 6:45 pm en Miami. También, para subrayar el legado de ambas figuras se presentará el reportaje "Dos años sin Oswaldo Payá Sardiñas" y el audiovisual "Harold Cepero". 

Desgraciadamente, en Cuba miembros del MCL han recibido amenazas y les han prohibido participar en cualquier tipo de conmemoración u homenajes. 

A continuación, un avance del reportaje producido por Voces de Cuba y dirigido por Jeffrey Puentes, donde se documenta parte de los esfuerzos de la familia Payá Acevedo para que se reconozca internacionalmente la necesidad de abrir un proceso  legal serio que conlleve al esclarecimiento de los nefastos sucesos que cobraron la vida de ambos activistas. Según Rosa María Payá, estas acciones persiguen el fin de la impunidad, así como sentar un precedente de protección a los opositores dentro de la isla.

"Dos Años sin Oswaldo Payá Sardiñas" Avance from Voces de Cuba on Vimeo.




martes, 15 de julio de 2014

Acción plástica colectiva 'Una luz por los míos'

La noche del 12 y la madrugada del 13 de julio pasados varios amigos y activistas cubanos de distintas tendencias nos reunimos en Washington DC para subrayar el XX aniversario del hundimiento del remolcador '13 de Marzo'. Así llevamos a cabo mi primera acción plastica colectiva, en el marco de la Acción mundial que convocara Estado de SATS.

Darle forma a este proyecto fue una experiencia muy hermosa, aunque el proceso de concepción y producción fue muy emotivo. Solo me fue posible llevarlo a cabo escuchando el mantra de fondo, Om Shanti Om. Un mantra de paz para esas almas. 

Aprovecho el resultado final de esa acción —el video que sigue— para retomar mi trabajo en esta bitácora, ahora desde otra latitud. 

En estos dos años muchos lectores me han escrito preguntándome por qué no he vuelto a publicar. Como indica la fecha de mi última entrada —con un post del escritor cubano residente en Montreal César Reynel Aguilera—, hice una pausa necesaria en este blog tras la muerte del prestigioso opositor cubano, líder del Movimiento Cristiano de Liberación, Oswaldo Payá Sardiñas. Cada cual vive sus duelos a su manera. Este video que hoy les comparto es prueba de ello.

Agradezco a todos los participantes en mi proyecto, especialmente a la hija de Oswaldo, Rosa María Payá Acevedo, quien tan gentilmente se nos unió para llevar a cabo esta acción. Rosa es una persona que me inspira respeto, una figura en el panorama político de la oposición cubana que me hace tener fe en las nuevas generaciones.








sábado, 28 de julio de 2012

Razones de la sinrazón


Oswaldo Payá en el Parlamento europeo. Fuente:
REUTERS/Vincent Kessler


Por: César Reynel Aguilera


A miles de kilómetros de distancia esas noticias, lejos de golpear, envuelven y  estrujan poco a poco.

El domingo apuntaba a ser perfecto. Regresamos de un espléndido día de remos y pedaleos en el lago; los niños felices, la comida casi lista, los tragos servidos y ahí, en la pantalla del ordenador, unas palabras rezando que ya Oswaldo Payá había dejado de estar físicamente entre nosotros.   

Palabras para avisar un asesinato largamente esperado.

La puesta en escena y los pormenores del crimen dejaron de interesarnos desde el principio. Somos cubanos y sabemos —cuando de eliminaciones políticas se trata— que es un soberano sinsentido aplicarle la lógica detectivesca a un país en el que los asesinos más peligrosos son los dueños de la realidad.

Payá era un hombre condenado. A Payá sólo le faltaba el cuándo; y fue esa, precisamente, la pregunta que nos hicimos al leer la noticia de su muerte. ¿Qué sentido tiene matar ahora —hoy, a estas alturas de la derrota castrista— a un hombre así?

Algunos politólogos europeos intentan presentar la respuesta que ellos dan a esa pregunta como una prueba de que el castrismo nada pudo haber tenido que ver con la muerte del opositor cubano. Según la lógica de estos señores asesinar a Payá tendría un costo político tan alto que hacerlo sería un acto de suicidio, algo impensable desde la razón que ellos practican.

A veces los politólogos europeos recuerda a esas personas que de tanto mirar las películas de Disney terminan creyendo que los animales hablan; y nosotros los cubanos vamos por la vida frustrados de tanto repetir que no, por dios y por Darwin, que no, que los animales no hablan y el castrismo nunca ha hablado, habló, ni hablará, el lenguaje político de Europa. El castrismo habla su propia jerigonza, una sarta de actos y sonidos que sólo entienden sus víctimas y sólo alcanzan a traducir aquellos que aprenden a poner su dolor a un lado.    

Pasemos, entonces, por encima de nuestras frustraciones y dolores; obviemos las respuestas-consignas como “el castrismo es un cadáver histórico y los muertos no se suicidan”; dejemos de insistir en que cualquier análisis de las razones castristas tiene que pasar, necesariamente, por los criterios diagnósticos de la psicopatía; olvidemos que los cobardes con miedo sienten una gran necesidad de abusar y que Raúl Castro es, hoy por hoy, un cobarde aterrado por la caída del chavismo o la futura guerra civil venezolana, por la muerte de su hermano (quizás ya muerto), por el fracaso de las prospecciones petroleras y por un país bajo el embate de plagas que darían para rescribir la Biblia.

Olvidemos que en la montaña rusa del castrismo cada cumbre de risa y choteo, como la de la Moringa, antecede, inexorablemente, a una hondonada de seriedad impuesta mediante la violencia. Hagamos caso omiso de todas esas sinrazones y sigamos buscando una que pueda ser apetecible a la politología europea.

Oswaldo Payá murió en Bayamo.

Oswaldo Payá dejó la relativa seguridad de su casa habanera y fue a meterse en el epicentro de la primera epidemia de Cólera que sufre Cuba en más de un siglo. Una enfermedad erradicada del territorio nacional mucho antes de que existiera la cacareada potencia médica castrista y cuyo resurgimiento apunta, a todas luces, hacia un bochornoso acto de negligencia gubernamental.

Hace unos años, a raíz del terremoto que asoló a la República de Haití, y en medio de una de las peores crisis cíclicas de su maltrecha economía, el castrismo decidió crear una brigada médica que fue a brindar su ayuda a ese hermano país.

Esa decisión fue tomada, como es costumbre, sin consulta popular alguna y sin una evaluación real del efecto que podría tener sobre un sistema de salud, el de Cuba, que dista mucho de alcanzar sus requisitos mínimos. Una vez más los cubanos pagaron, con sus carencias, otra de esas campañas de falso humanismo que tanto utilizan los hermanos Castro para esconder y justificar sus desmanes.

Hasta ahí todo habría sido otra de esas historias de lo mismo con lo mismo; pero sucedió que durante la fase de recuperación del terremoto se desató en Haití una epidemia de Cólera. Ya hoy se sabe que la cepa infecciosa, responsable de esa epidemia, fue llevada a suelo haitiano por un nepalí que llegó a ese país como miembro del contingente de las Naciones Unidas.

También se sabe que la brigada médica cubana estuvo en contacto con esa epidemia desde su comienzo. El jefe de la brigada, el Dr. Jorge Tomás Balseiro Estévez, estuvo aquí, en Montreal, en una de las escalas de una gira de propaganda organizada por el ICAP y declaró, con orgullo, que el primer caso de Cólera en suelo haitiano fue diagnosticado por médicos cubanos.

Meses después se desató en Cuba una epidemia de Cólera que ya en estos momentos, según las conservadoras cifras del castrismo, ha cobrado más de quince vidas. Muertes perfectamente evitables si se hubieran tomado  a tiempo un grupo de decisiones que brillaron por su ausencia, o fueron asumidas con tibieza, a saber:

  1. Priorizar la necesidades médico-sanitaria de la población cubana y condicionar cualquier ayuda a otro país al respeto de esa prioridad.  
  2. Alerta epidemiológica en Cuba a raíz del primer caso de Cólera detectado en Haití; con cierre o reducción máxima de los viajes entre los dos países y vigilancia extrema para los visitantes del área del Caribe.
  3. Campañas de cloración profiláctica.
  4. Cuarentena estricta y extendida para todo el personal cubano que estuvo en Haití.
  5. Reconocimiento inmediato de los primeros casos y manejo de los mismos con un criterio médico-epidemiológico y no político.
  6. Solicitud de ayuda internacional para manejar la epidemia.

El desgobierno cubano, para no variar, decidió ocultar la existencia de esa  epidemia, y sólo se atrevió a reconocerla cuando la prensa independiente dio la voz de alarma. Raúl Castro, por su lado, y para hacer patente su desprecio, se fue de viaje a China y Rusia. Su viejo anhelo de ser cantante en el festival de los ejércitos amigos fue más fuerte que su responsabilidad para con el pueblo cubano. La referencia más importante que ha hecho el General a la epidemia de Cólera, hasta ahora, ha sido para quejarse de lo que él considera una atención exagerada por parte de los medios de prensa internacionales. Eso, en jerigonza castrista, significa un cierre total de las zonas afectadas a cualquier persona no autorizada, a los visitantes extranjeros y, sobre todo, a los opositores cubanos.

En medio de tanto desamparo, mentiras y prohibiciones, un hombre llamado Oswaldo Payá decidió montarse en un auto y partir, junto con un compatriota y dos europeos, hacia la zona más afectada por la epidemia de Cólera. Poco sabemos de los objetivos de ese viaje, pero resulta difícil imaginar que no haya estado relacionado, de una forma u otra, con esa vocación que tienen algunos hombres de correr en contra de los que huyen, de ir hacia donde están los que sufren y de denunciar, a como dé lugar, lo que otros pretenden esconder. Una vocación que Raúl Castro siempre ha hecho pagar bien caro y que en caso de Oswaldo Payá, lejos de significar una condena, bien pudo haber desatado el momento de su ejecución.  

lunes, 11 de junio de 2012

Blog Cuba por fuera


Enrique del Risco me comunica que acaba de crear un blog para difundir las comunicaciones que presentamos en el coloquio que tuvo lugar la semana pasada en NYU. La plataforma también servirá para anunciar las actividades que surjan a partir de este primer encuentro.

Los invito a entrar y a leer, también a que lo agreguen a sus blogrolls. Para seguir leyendo, pueden hacer clic aquí.

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